domingo, 19 de mayo de 2013

Crónica de la CSP 115

Esta vez no voy a perder el tiempo explicando lo buenos que eran los avituallamientos, los voluntarios, lo bonito del paraje, los pueblos, el recorrido, etc. porque sería más de lo mismo. Simplemente, dar la más sincera enhorabuena a la organización (un año más) por el esfuerzo que hacen para que salga todo a la perfección. Van superándose año tras año, donde hay un fallo este año, al siguiente está subsanado, y eso es de agradecer. Como por ejemplo, las dos carpas instaladas en Sant Joan, una grande para las mochilas, y otra más pequeña al lado de las duchas, para cambiarse de ropa, con estufa incluida.

Empezamos:

Al no acompañarme nadie de los papelos habituales, tuve que buscar una alternativa para por lo menos no tener que ir solo a Castellón, así esta vez la aventura no comienza en la Muntanyeta, como de costumbre, sino en el Pub Tau de Canals.


Allí quedábamos a las 6 de la tarde José Carbonell (Siru), Victor Saez y yo. Ellos tendrían que ir en un coche y yo en otro, dado que ellos iban a hacer la MiM (que huevos tienen) y yo no tenia ni idea de qué tiempo iba a hacer en la CSP115.

Llegábamos sin problemas a Castellón y, después de la odisea para buscar aparcamiento, fuimos sin encantarnos mucho a por los dorsales, ya que era tarde. Aún así, aún tuvimos tiempo de ver a los famosos indios tarahumara, a más gente de Canals (Ricardo Carbonell y los hermanos Enric y Vicent Fombuena), a Àngel el de Fondeguilla, y el fenomenal ambiente que todavía reinaba en la feria.


Luego, a cenar al restaurante de al lado del Hotel Doña Lola, donde pasaríamos la noche. Allí nos esperaban Jorge Castells, de Canals, y Javier Garcia, Eloy Fernández y David Ortega, de Xàtiva. Algo de pasta y a dormir.

A las 3:45 suena el despertador, me visto y preparo las cosas y para abajo a desayunar. Había bastante gente en ese hotel que iban a alguna de las dos carreras. Me suena la cara de alguno, pero no conozco a nadie. Pronto bajan mis compañeros y enseguida salimos hacia la Universidad Jaime I donde se daba la salida.


Ambientazo increible, 2000 personas, 2000 sueños que cumplir, 2000 objetivos que lograr, todos diferentes, pero a la vez igual de importantes. Incalculables los kilómetros de entrenamiento que habían sobre la pista de atletismo ese día a las 6 de la mañana, porque a esa hora se daba el pistoletazo de salida del último entrene que todos estábamos esperando durante meses. Y ese día y esa hora llegó, fuegos artificiales como colofón y todos en marcha, que el Gegant de Pedra nos espera.



Salgo bastante atrás, y después de despedirme y desear suerte a mis compañeros, me pongo a pasar a gente. De repente, veo a todos girándose mirando atónitos hacia el mismo sitio: SuperPaco, imposible pasar desapercibido.


Voy devorando kilómetros fáciles, la Pedra de Borriol, la Bassa de les Oronetes y cuando estoy a punto de llegar a Les Useres (km. 33) me encuentro con Vicent Fombuena. Me alegro un montón, ya que hacia tiempo que no coincidíamos en ninguna carrera o entrenamiento y tenía ganas de charlar con él, así que decidí acompañarlo hasta que se separaran los caminos.

Llegamos a Les Useres en 3h48'. No se si iba bien o mal, ya que no me preocupé demasiado por controlar los tiempos parciales. Lo que si iba bien era el tremendo ambientazo que habia en el pueblo, esta vez en una plaza (lo han cambiado respecto años anteriores).


Después de comer y beber algo, salimos hacia Sant Miquel de les Torrecelles. Por el camino, y justamente cuando estábamos hablando del libro "Nacidos para correr" y de los indios tarahumara, nos topamos con uno con cara de indio con el nombre de "Cruzito" a la espalda. Vicent me dice que es uno de ellos, pero yo le digo que no puede ser, que estos corren con sandalias y éste tenia unas Nike. Después resulto que sí que era. ¿Con unas Nike??????


Pues bien, hablando tranquilamente de libros, bla, bla, bla, te confias y pam. Al suelo que me fui con todo el equipo. Afortunadamente no me hice nada, salvo algún rasguño y un pequeño golpe en la rodilla que luego empezaría a molestar. Llegamos a Sant Miquel de les Torrecelles, fantástico avituallamiento organizado por los Amics de la Volta al Terme de Fondeguilla, en 5h22'. Mientras comíamos, Vicent me enseña una "chuleta" que tenía con los tiempos parciales, la cual indicaba que iba   perfectamente dentro del tiempo establecido para hacer 8h40' en la MiM. De hecho, hizo 8h39'.


Llegada la hora de la separación, nos dimos un abrazo y nos deseamos suerte. Ahora si que se quedaba cada uno solo con su misión. Ahora hasta Adzeneta es casi todo para abajo así que, venga. Saludo a Àngel que estaba en la salida del avituallamiento y salgo hacia allá.

Llego a Adzeneta (km. 50) en 6h30'. Aquí el avituallamiento es sólo líquido, así que no paro mucho y sigo, que ahora empieza la parte dura de la carrera.

En el km. 55 empieza el primer desnivel importante y con ello la primera pájara. Me siento un poco mareado y falto de fuerzas, como si lo que hubiera comido no me hubiera hecho nada. Sólo tenía ganas de acostarme con las piernas en alto y relajarme, pero no veía ni el momento ni el lugar idóneo. Menos mal que no hace un calor sofocante así que, haciendo unas cuantas paradas y bebiendo agua por fín llego al control de Benafigos (km. 61) en 8h02'. Allí meto la cabeza debajo del grifo, no con la intención de sofocar el calor ya que me quedé helado, sino la intención de despejarme. Como de todo lo más dulce que veo por la mesa: membrillo, sandwich de nocilla, chocolate de ese de las barritas redondas que no me acuerdo como se llamaba, gominolas, etc. y mucha Coca-Cola. Como parece ser que se me pasa un poco y ahora vienen 4 kms. de bajada, decido ponerme los cascos y bajar tranquilamente. Fue entonces cuando por fín empecé a encontrarme bien.


Bajada hasta el río. Lo cruzo sin problemas, no lleva agua. Y vuelta a subir hacia Culla (km. 72), llegando en 10h43'. Me ofrecen un plato de pasta, pero prefiero seguir con la nocilla y ese chocolate de barra que tomaba de niño y que sigo sin acordarme de cómo se llama. No me entretengo mucho y me voy.

Otra vez. Bajada hasta el río (el mismo). Lo cruzo sin problemas, sí lleva agua, hasta los tobillos, jajaja. Podría haber ido de piedra en piedra para haber acabado igual de mojado, así que opté por cruzar como los patos, chap, chap, chap. Y otra subida, pero esta vez menos dura pero más larga, hasta Vistabella (km. 91) en 13h24'. Por cierto, para mí el tramo más bonito de la carrera. Con un fenomenal ambiente en Vistabella, aquí te recibían y te despedían con aplausos y vítores, cual héroe que regresa de una batalla y tiene que partir hacia otra. Bueno, en realidad en todos los avituallamientos nos trataron estupendamente bien, así da gusto correr.

Salgo hacia Xodos por otra larga pero suave subida y después por una bajada bastante técnica que, como son las cosas, justamente ahí el año pasado la hice de noche y me dormía de pie, una sensación que no había tenido nunca, y este año, asombrosamente después de 100 kms. que llevaba a cuestas, era capaz de hacer a toda velocidad. Llego a Xodos (km. 101) en 14h56'.

Ahora ya lo veía todo más claro, pero también sabía que ahora venía el tramo donde más se sufre, donde se me iba a hacer de noche. Los 17 kms. del final, 14 de ellos de subida, algún tramo bastante malo y lo demás por pista, llena de barro para variar. Menos mal que antes de meta hay dos avituallamientos que los llevan dos grupos de jóvenes de lo más simpáticos y amables, que te animan y te ofrecen todo lo que necesites. Muchas gracias especialmente a ellos también.

Empiezo a subir y a subir y de pronto empiezo a encontrarme otra vez como antes, sin fuerzas, pero además de noche, solo, y muerto de frío. En fín, pero habrá que seguir, qué remedio. Poco a poco ya me voy encontrando mejor, en eso que oigo unos pasos por detrás. Era un grupo de 6 ó 7 que empiezan a pasarme. Intento cogerme a ellos pero no puedo. ¿Van muy rápido o es que yo voy muy lento? No se. El caso es que la meta no termina en la subida, así que cuando por fín llegué hasta el punto más alto, probé a trotar un poco hacia abajo, y poco a poco vi que las piernas iban respondiendo. En unos minutos me había plantado en el cruce que baja de La Banyadera y había dado caza a todo el grupo que me había pasado antes. Es entonces cuando enfilo por la senda a toda velocidad. Sólo 3 kms. quedaban para meta.

Quedando 1 km. me encuentro con un chaval que iba bajando con precaución, ya que la senda estaba impracticable de barro. Iba a adelantarlo cuando se me vino a la mente un simple pero bonito gesto que hicieron conmigo y Rafa Bonete en el GR-10 XTREM, entonces me puse detrás pacientemente a animarle y le dije que tirara, que no pensaba adelantarle, porque a estas alturas qué más da ser el 87 que el 88, o hacer 18:22 que 18:23. El chaval ha ido delante de mí 117 kms. y me pareció injusto adelantarlo en el último km. Son pequeños gestos que te hacen sentir grande. No queda muy ético que yo mismo os cuente esto, queda mejor si es contado por una tercera persona pero, es lo que hay, si no os lo digo yo ¡quién os lo va a decir?

Y entonces, ¡al fín!. Ya se oye algo entre la oscuridad del bosque, se oye gente, música, el ruido de un generador. Siiiiii, señoras y señores, hemos llegado a Sant Joan de Penyagolosa, esto se ha acabado. Y encima con 4h30' menos con respecto al año pasado. Eso quiere decir que entrenamiento ha funcionado, y bien. 18 horas, 23 minutos y 26 segundos después de salir de Castellón de La Plana, cruzo la linea de meta y ya está, un remanso de paz te invade por completo y tengo la sensación de haber hecho un buen trabajo.

Sin perder más tiempo, recojo la camiseta de finisher tranquilamente, me dan un bocata, una cerveza y un vaso de caldo y voy a cambiarme, pero debo hacerlo rápido porque justamente me dicen que el autobus está a punto de salir y debo cojerlo sino me tocará quedarme hasta las tantas (experiencia del año pasado).

Después de un farragoso viaje con el bus, llego a las 3 de la mañana a Castellón, donde esta vez me espera... mi coche. Como uno ya es veterano es esto, cogí de casa un colchón hinchable y un saco de dormir, por si acaso llegaba con mucho sueño, tirarme por ahí y dormir un poco, pero como estaba bastante "fresco", me puse manos al volante y para casa. Después de un par de paradas y una coca-cola a mitad camino, llego a casa a las 5. Como veis, casi fue más duro el regreso que la propia carrera, jejeje, pero qué se le va a hacer. Cuando entrenador, nutricionista, asistente personal, chófer y corredor es la misma persona, pasa esto, que la carrera no termina hasta que no llegas a casa. Y que conste que no me estoy quejando, todo lo contrario, he de reconocer que me gusta de esta forma; yo soy de los de yo me lo guiso, yo me lo como, y mis amigos pueden dar fe de ello. Tener gente al lado que te solucione la papeleta está muy bien, pero para mí le resta mérito al asunto.

Total, que bajando este año 4h30', ¿quién me dice a mí que el año que viene no puedo bajar un par de horas más? Así que ya tengo nuevo reto para CSP 2014: Llegar de día a Sant Joan. Apuntadlo por ahí.

Por cierto, este año gracias a las nuevas tecnologías he podido retransmitir en directo la carrera (siempre que me lo permitía la cobertura) a través de las redes sociales (Facebook y Whatsapp). Quiero agradeceros vuestro interés a todos los que habéis estado ahí, siguiéndome.

Noticia publicada en www.coneixercanals.com

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