lunes, 16 de julio de 2012

Subida al Mulhacén

A eso de las 20:45 y gracias al argentino del navegador por fin llegábamos al pueblo de Trevélez (si, el de los jamones) el equipo del Papelo B, porque el A ya llevaba rato allí nadando en el río e hinchándose a comer infinidad de alimentos típicos del lugar.

Nada más llegar, unas cervezas y a cenar, para dormir pronto que mañana hay que madrugar. 


¿Dormir? Pero si hoy es San Benito, el patrón del pueblo. Fiesta y verbena hasta las tantas.
Total, entre la música, los gatos, los fumetas y demás elementos molestos, tocaron las 4:00. Hora de levantarse. Como en todas las buenas ascensiones, el madrugón es fundamental para aprovechar bien el día, y esta era una buena: "Subida al Mulhacén por el lado sur, desde Trevélez, en un solo día".


Aquí tenéis el track de la ruta que hicimos: 24 kms. (12 de subida y 12 de bajada) y 2000 m. de desnivel positivo y 2000 m. de desnivel negativo, en 8 horas y 20 minutos. Una no muy dura pero continua subida y luego una bajada interminable, que acabó pasando factura a algunos.



Vimos amanecer a unos 2500 metros de altitud, todo un juego de luces que un buen fotógrafo no debería desaprovechar.


A partir de 2700 m. ya teníamos que ir por la loma y aquí ya soplaba un viento considerable. En lo alto se podía ver un vértice geodésico que al final resultó ser el Mulhacén II, una cima secundaria del Mulhacén, de 3362 m.


Pasamos la barrera de 3000 metros...


¡Que éste no es!!!!!!!!


Este es el Mulhacén II, pero no por ello no se merece una foto, ¿no?


Ahora sí, por fin estamos en la mismísima cima del Mulhacén, a 3.479 metros de altitud, el techo de la Península Ibérica, esa montaña que nos hicieron aprender de memoria en el colegio. La verdad es que estábamos todos encantados, es como un sueño hecho realidad...


... con dedicatoria incluida.


Casi no nos dió tiempo de hacer fotos, ya que eso empezaba a llenarse de gente así que, para abajo se ha dicho, que vamos justos de tiempo.


Pero antes a jugar un poco con la nieve...


Después de una bajada bastante empinada de piedras, llegamos a la cañada de las Siete Lagunas (2900 m.) ...


... para enfilar para abajo siguiendo un río con un curioso nombre: Río Culo de Perro, con sus cascaditas y todo.


Luego todo fue bajar, y bajar, y bajar...

Hasta que llegamos a Trevélez, justo a tiempo para asearnos y celebrarlo con una buena comida, pero sin pasarse mucho que todavía nos quedaban más de 500 kilómetros hasta llegar a casa.

En resumen, buen fin de semana por tierras alpujarreñas, buena gente y buen yantar.

Para ver todas las fotos, pinchar aquí.

No hay comentarios:

Publicar un comentario